martes, 16 de noviembre de 2021

moneda de una sola cara

Creo que al articulo del Dr. Agustin Lage (http://www.cubadebate.cu/opinion/2021/11/15/los-que-aman-y-los-que-odian/) tiene pobre revisión bibliográfica y llega (lleva) a sesgadas conclusiones. Intentar desacreditar la convocatoria de Archipiélago por una supuesta falta de programa, es facilismo extremo. El programa existe, desde el siglo XIX cubano, y tuvo en Martí al máximo exponente. Y las convocatorias desde los líderes del grupo han sido claras. ¿Habrá un programa más importante, más revolucionario y martiano, en la Cuba del siglo XXI, que la unidad entre cubanos, que la no discriminación por motivos de ideología, que el derecho a participar desde plurales posturas en la salvación y crecimiento de la Patria? Dijo el Apóstol: "Algo en el alma decide, en su cólera indignada, que es más vil que el que degrada a un pueblo, el que lo divide". A la división y polarización extremas entre cubanos nos han conducido: la insistencia del discurso oficial en estigmatizar como gusano, enemigo, mercenario y confundido a cualquiera que disiente y lo expresa; el uso de las leyes y sus garantes para la persecución por causas políticas; la negación del acceso a cualquier medio de difusión de ideas de quienes no forman parte de la selecta cofradía de alineados con el gobierno y sus métodos; el estancamiento económico y social del país; la no renovación de una casta dirigente, que a pesar de ser responsable de errores irreparables, sobre todo el de haber malbaratado las esperanzas y el tiempo de sus gobernados, es absolutamente capaz de autoperpetuarse mediante el veto de cualquier propuesta de liderazgo alternativo; y por último menciono, sin ser exhaustivo en esta enumeración, el no reconocimiento de la comunidad cubana en el exterior como parte indispensable de la nación, con igualdad de derechos, siempre vapuleada a pesar de su primordial contribución financiera. Dicha polarización ha sido fuente de inestabilidad en el pasado, y ofrece la mayor garantía de inestabilidad en el futuro, y alimentándose en ella continuarán al acecho los intereses imperialistas. Fomentar, justificar, ignorar, la división entre cubanos es también hacerle el juego a intereses foráneos. Y nada es más divisivo que la negación y el castigo de la pluralidad, de lo uno en lo diverso. “Sería el colmo de la locura pretender hacer que todos los hombres pensasen de una manera uniforme sobre la metafísica. Se podría subyugar con mucha mayor facilidad al universo entero mediante las armas que subyugar a todas las conciencias de una sola ciudad.” Esto lo dijo Voltaire en el siglo de las luces. Parece nuestros propios "iluminados", los que nunca se equivocan y tienen permiso para rectificar eternamente, han preferido, a sabiendas que no pueden subyugar las conciencias, usar el poder de las armas, de la chusmería, del griterío, de la intimidación, de la bajeza, para mantener en calma aparente una sociedad. Y algunos ilustres nombres se prestan para ello. Ya en la historia existen muchos científicos, artistas, figuras eminentes, cuyo lustre ha sido demasiado parcial, que se alinean, a pesar de la clarividencia que muestran para una faceta de la realidad, con las fuerzas oscuras que atacan perniciosamente la esencia humana. Esto lo digo no para buscar manchas en el sol, esas que provocan lluvias tenebrosas de partículas y son vigiladas por los astrónomos con minuciosidad debido al catastrófico impacto en la Tierra, sino para enfatizar en que la verdad no está en una sola cara de la moneda, que un hombre que acierta en la inmunología, con el mismo empeño puede desacertar en política o en derechos humanos, sobre todo si el fácil acceso que tiene a los medios de mayor alcance en la comunidad interesada, es usado para intentar sepultar más aún la voz de quienes no tienen ni han tenido derecho a réplica.