martes, 23 de noviembre de 2021
martes, 16 de noviembre de 2021
moneda de una sola cara
lunes, 16 de agosto de 2021
converger
Toca converger en acciones de emplazamiento público del gobierno, para abocarlo a su irresolutividad, no solo desde trincheras ideológicas o deontológicas sino pragmatistas, tales como: el papel fundamental de la emigración en el sostén económico y cultural de la nación (incluso los otaolistas en su mayoría viajan a Cuba y remesan); errores en la conducción que han derivado en desaprovechamiento de oportunidades, actuaciones a destiempo, (y esto sería más eficaz si se hace a partir de pronunciamientos grupales emanados de los diversos sectores calificados, como los economistas, los artistas, los médicos); exposición de la crisis de liderazgo dentro de las filas continuistas y re-involucionarias, mediante análisis de sus decisiones particulares, modo de vida, los equipos formados durante el desempeño de responsabilidades anteriores (llenos de 'tronados', corruptos, emigrantes), lazos de intereses y favoritismos creados, y sobre todo, de su connivencia en el pasado con otras estrategias fallidas que demuestran su falta de creatividad, su pasividad a lo largo del tiempo para poder mantenerse en la esfera de la dirigencia: ahi están los periódicos, los videos, donde se vería al propio Diaz Canel atando las fuerzas productivas. Más importante aún sería la divulgación de los posibles liderazgos emergentes. Yo creo en los apabullados centristas, y solo pido de ustedes que salten al centro, que asuman ese liderazgo sin tapujos, aunque pareciera que eso los empuja fuera del centro. Si no se hace, queda un vacío, ha ido quedando un vacío, que es ocupado por figuras cuya veleidad narcisista es más fuerte que el deseo de servir. Quizá ese temor al vacío sea el punto en común más fuerte con el estamento decadentista-continuista.
Es necesario converger, intentar llegar a los espacios que fuera de Cuba, pero con extraordinario consumo adentro, intentan nuclear a los cubanos en dos polos que se quieren opuestos. Mostrar los rostros en Miami de quienes desde dentro de Cuba, están dispuestos a transitar el viacrucis para arrancar la nación del vórtice re-involucionario. Habrá que llegar a Otaola, y sobre todo, a Carlos Lazo, ambos mancomunados en su adscripción a un solo lado de las cosas. Yo estoy contra el bloqueo, creo que es el sentir que prima en este Archipiélago, y la anexión me parece un sueño de niños amedrentados. Pero no entiendo que Carlos Lazo no use el capital político amasado en Cuba para decir siquiera que los cubanos también tienen derecho a protestarle al gobierno cubano, derecho gracias al cual él puede en USA hacer campaña contra leyes y políticas, y que el reconocimiento de ese derecho a los cubanos sería el paso más cierto contra el bloqueo. Que no reconozca que el propio Diaz Canel, con su llamado a la violencia y al enfrentamiento entre cubanos, fue quien le dio el mayor puntapié a sus Puentes de Amor, me parece o demasiado cálculo frío o egolatría.
Toca converger en torno a un relato común, que no inició ni el 11 de julio, ni el 27 de noviembre, ni en la comuna de San Isidro, sino antes, cuando todos los gestos heroicos y contestarios caían en el vacío. Hay que apelar a los que han sobrevivido, muchas veces agotados, a una vida de oposición, en Cuba o ya en el extranjero, y con más fuerza aún, a los que ya están muertos. Y a eso tienen que atreverse las voces más autorizadas, las más analíticas, dejando de ver a Cuba solo como un problema antropológico, o como un dilema económico/sentimental. Verla como un país en plena efervescencia de la que todos somos parte, con plena conciencia de que lo que se diga desde las tribunas que su conocimiento y valor personal ha logrado agenciarles, no es para ocupar espacio en libros, sino para movilizar el corazón de más personas en pos de un bien común, de un destino para la Patria ajeno a círculos viciosos, cuadros omnipotentes, indolencia ciudadana o pusilanimidad intelectual.
Converjamos en el reconocimiento de que el estado de decadencia de la nación es multifactorial y que el presente es resultado de nuestras cubanas y propias acciones o abstenciones en el pasado. Algunas de las causas fundamentales a mi criterio serían: 1) el país ha sido mal conducido económicamente en medio del asedio norteamericano, con estrategias voluntaristas, dependentistas y tremendistas, 2) se ha sembrado división por motivos geográficos y políticos entre los cubanos, 3) se ha desconfiado de la capacidad de todos para el autogobierno, adulterando las vías democráticos de competencia y participación, predeterminando la elección de los decisores mediante mecanismos monárquicos, demagógicos y clientelistas que priorizan como criterios de selección la fidelidad, sumisión, no confrontación, y la ¨pureza¨ ideológica, por sobre los talentos para la solución creativa y eficiente de los problemas, 4) porque se ha subordinado la salida del subdesarrollo material al facilismo de contar con una homogeneidad ideológica y se ha preferido la seguridad paternalista al respeto a la dignidad y la libertad creadoras.
Converjamos en torno a nuestro deseo de una nación verdaderamente democrática en la que haya balance entre la dignidad de los individuos y la de la patria, en la que estos puedan participar de modo directo en la elección de sus representantes sin ningún censor del juicio político de los ciudadanos; de una nación elevada sobre la unión del espíritu y la participación de obra y palabra de los cubanos dondequiera que estén, y de la vigencia e imprescriptibilidad de sus derechos de nacimiento a lo largo del territorio nacional, y de la defensa de sus derechos humanos dondequiera se encuentran. Una nación donde se premie el servicio de los diferentes talentos, primero que nada, con la ilimitada posibilidad de su ejercicio en cualquiera de los ámbitos de la vida nacional y desde cualquier nivel jerárquico del estado y la sociedad, este ejercicio solo restringido por principios éticos que tengan como pilares el respeto a la dignidad humana y al arbitrio de la conciencia. Una nación donde los políticos, los decisores, los administradores, los asesores, tengan que prometer y comprometerse, y luego someterse al enjuiciamiento de su desempeño, por parte de superiores y subordinados, siendo el pueblo, sin distinciones de credo, raza, sexo o deseo, mediante elecciones, denuncias, manifestaciones, quién ejercerá la máxima potestad como único soberano. Y finalmente una nación que declarará y obrará según su irrevocable vocación y adscripción hacia una política de respeto mutuo entre naciones, mediante el reconocimiento de diferencias de cultura, geografía, historia y grado de desarrollo, pero con absoluta fe en la posibilidad de aprendizaje, perfeccionamiento, emulación, que sirven a la construcción de una particular identidad, siempre minimizando los antagonismos en pos de la colaboración y la paz.
viernes, 23 de julio de 2021
sin dudas
Yo quería ser un hombre para el placer,
de esos que escoge dios para los paraísos y los ángeles
de esos que escoge Darwin para proteger la especie
de esos que convierten a las madres en alcahuetas
y a los padres en viejos envidiosos,
de esos que convierten a los muchachos en muchachas,
y a las muchachas en pececitas arqueadas
apretándose el vientre para el desove,
cual pétalos suicidas que, en su empeño de regalar polen,
solo llegan a ser el regalo de un muchacho artero
que nunca se pregunta si es amado o no.
jueves, 22 de julio de 2021
mi teoría de la conspiración
En
su blog SegundaCita, el 11 de julio a la 1.08pm, Silvio Rodríguez publicó:
“según me dijo alguien del pueblo (San Antonio de los Baños), estaba convocada
la protesta para hoy a las 11 en el parque de la iglesia”. En el artículo de
Carla Colomé publicado en El Estornudo
(https://revistaelestornudo.com/san-antonio-de-los-banos-protestas-11-julio-cuba/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=san-antonio-de-los-banos-protestas-11-julio-cuba),
se esclarece un muy probable origen de las protestas en ese pueblo, las cuales
se extendieron por toda Cuba, siguiendo un efecto dominó, al parecer a partir
de que muchas personas que pudieron ver en las redes sociales lo que estaba
ocurriendo en San Antonio, decidieron imitar a los ariguanabenses, confluyendo
en manifestaciones en dispersos lugares de la isla. Dos o tres días después de
ese domingo cubano de resurrección, empezaron a tomar forma en mi cabeza
ciertas preguntas inquietantes. Si hasta Silvio sabía de las protestas, cómo no
lo sabía la Seguridad del Estado. Si la Seguridad del Estado sabía, por qué las
permitió. Si no pudieron impedir que las protestas ocurrieran, por qué no
cortaron la internet a tiempo para evitar que se propagasen y divulgaran. Si el
bloqueo es la causa de todos los males, por qué Diaz-Canel escogió la represión
violenta, malbaratando así la posibilidad de echar abajo los decretos de la era
Trump, oportunidad que se veía cercana a partir de la conjunción de buenas o
pragmáticas voluntades en el gobierno de Biden con la crisis humanitaria que se
empollaba en Cuba y los puentes que ha querido extender siempre una parte de la
emigración. Si no es el bloqueo la causa de todos los males,
solo una excusa de un gobierno incompetente, y la invasión norteamericana nada
más que el ‘ahí viene el coco’ con que se asusta al pueblo aniñado, por qué la
parte más visible de la emigración se lanzó a pedir invasión a grito pelado, en
perfecto antifonal con los argumentos de plaza sitiada, la pose de David contra
Goliat, que justifican la sociedad militarizada, las purgas antimercenaristas y
las simpatías internacionales hacia el gobierno y el pueblo que no claudican
ante la amenaza feroz del Imperio. Y finalmente, si el imperativo de Diaz-Canel
para sucumbir a su impulso despótico era demostrar que el gobierno contaba con
el apoyo de una mayoría ´revolucionaria´, dispuesta hasta a estrangular la voz
de mujeres y adolescentes entre los bíceps de agentes entrenados y disfrazados como
robocops o bodegueros, por qué desatar además una cacería alevosa de cuanta
cabeza se distinguió en los videos de las manifestaciones, o había alcanzado
cierta notoriedad aún antes del 11 de julio, en las acciones de San Isidro,
frente al ministerio del galletazo, desde el periodismo independiente, la
franca disidencia o el artivismo; y y sin embargo no han sido descubiertos ni
atrapados y entregados a la picota del Noticiero los posibles cabecillas de la
revuelta original en San Antonio de los Baños, ahora quizás entrevistos por una
muchacha que escribe al vuelo del súbito viento que expele una nariz en Nueva
York o México.
En Macondo habría sido posible que todo se concatenara como un malhadado tren de torpezas a la cual ya nos tienen acostumbrados nuestros dirigentes, casi siempre actores a destiempo, reactivos, especialistas en hacer las crisis más profundas, y salir de ellas sin ningún rédito distribuible, solo el cacareado fogueo en resistencias a la adversidad. El pueblo una y otra vez había salido de estas crisis más empobrecido, más dependiente y sombrío, pero, y esta es la verdadera ganancia del gobierno, más depurado de sus elementos inquietos, emprendedores, revolucionarios en el sentido lato de la palabra, a los que no solo se les mostró cada vez la puerta de salida, sino que se les dio un empellón para que cayesen en otro lado más productivo. Los príncipes del gobierno siempre se habían presentado agónicos, salvíficos, desvelados al lado de la masa sufrida, luego de haber convertido el revés en victoria -frase que parece antitética y esperanzadora pero no lo es, pues la masa nunca llega a saborear ese triunfo inesperado, sino la desabrida realidad que sin disimulo se enuncia: la victoria es el revés. Esta vez el país se acercaba también al fondo, pero al fondo fondo, a aquella sima del picadillo de cáscara de plátano burro, con el añadido de que no queda Caballo, que una enfermedad china se ha cebado en los cubanos, y que gracias a internet la gente ha visto fotos y videos de los príncipes al lado de la mesa surtida con langostas y vinos. Esta vez, además, las puertas están cerradas. La cerraron nuestros paladines obligatorios, luego de lustros clamando contra la injusta ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos y mojados, que permitía el crecimiento expedito y legítimo de una comunidad cubana fructuosa en EEUU. De ahí que resulta inobjetable adivinar una pregunta que mantenía sin sueño a los que se dieron por oficio soñar por nosotros, soñar nuestro futuro. Cómo apagar la llama que empecinada intentaba calentar el aire atrapado en el globo que es la isla para hacerla elevarse sobre los miasmas. Cómo arrojar este nuevo lastre de gente esperanzada, creativa, luchadora, capaz de capitalizar la tamaña incompetencia de los cuadros redondos y los líderes soporíferos. Cómo silenciar a esta gente agotada de que los mismos cómplices de las crisis sean quienes proclamen, a costa de tapar bocas y oídos y expulsar del país a quienes discrepan de ellos, la victoria de su revés.