martes, 26 de mayo de 2020

de Fuenteovejuna, Lope de Vega

Sobre el costo social y psicológico de acostumbrarse a infligir la ley cito a Fuenteovejuna, de Lope de Vega:
Amando, recelar daño en lo amado,
nueva pena de amor se considera,
que quien en lo que ama daño espera
aumenta en el temor nuevo cuidado.
El firme pensamiento desvelado,
si le aflige el temor, fácil se altera;
que no es a firme fe pena ligera
ver llevar el temor el bien robado.

Y, de nuevo, Fuenteovejuna, sobre como es legítimo que los pueblos se defiendan de los delitos que comete la autoridad.
Dice en varias partes, algo que podría resumirse así:
EL INTERROGADOR pregunta: ¿Quién mató al Comendador?
Los del PUEBLOFuenteovejuna responden: Fuenteovejuna
EL INTERROGADOR: ¿Y quién es Fuenteovejuna?
PUEBLO: Todos a una.
Y luego el final reporte del Juez al Rey.
JUEZ:
A Fuente Ovejuna fui
de la suerte que has mandado,
y con especial cuidado
y diligencia asistí.
Haciendo averiguación
del cometido delito,
una hoja no se ha escrito
que sea en comprobación;
porque conformes a una,
con un valeroso pecho,
en pidiendo quién lo ha hecho,
responden: «Fuente Ovejuna.»
Trecientos he atormentado
con no pequeño rigor,
y te prometo, señor,
que más que esto no he sacado.
Hasta niños de diez años
al potro arrimé, y no ha sido
posible haberlo inquirido
ni por halagos ni engaños.
Y pues tan mal se acomoda
el poderlo averiguar,
o los has de perdonar,
o matar la villa toda.
(…)
REY
Pues no puede averiguarse
el suceso por escrito,
aunque fue grave el delito,
por fuerza ha de perdonarse.

dice Martí...



la autoridad de la razón, lección en El Principito


El Principito, el capítulo 10:
– Majestad – le dijo… – le pido disculpas por interrogarlo…
– Te ordeno interrogarme – se apresuró a decir el rey.
– Majestad… sobre qué reina usted ?
– Sobre todo – respondió el rey, con una gran simplicidad.
– Sobre todo ?
El rey con un gesto discreto señaló su planeta, los otros planetas y las estrellas.
– Sobre todo eso ? – dijo el principito.- Sobre todo eso, respondió el rey.
Porque no sólo era un monarca absoluto sino que era un monarca universal.
– Y las estrellas le obedecen ?
– Por supuesto – le dijo el rey. – Obedecen enseguida. No tolero la indisciplina.
Semejante poder maravilló al principito. Si él mismo lo hubiera tenido, habría podido asistir, no a cuarenta y cuatro, sino a setenta y dos, o incluso a cien, o incluso a doscientas puestas de sol en el mismo día, sin tener que correr nunca su silla! Y como se sentía un poco triste por el recuerdo de su pequeño planeta abandonado, se atrevió a solicitar una gracia al rey:
– Quisiera ver una puesta de sol… Tenga la bondad… Ordénele al sol ocultarse…
– Si ordenara a un general volar de una flor a otra como una mariposa, o escribir una tragedia, o convertirse en ave marina, y si el general no ejecutara la orden recibida, quién estaría en falta, él o yo ?
– Sería usted – dijo con firmeza el principito.
– Exacto. Debe exigirse de cada uno lo que cada uno puede dar – prosiguió el rey. – La autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables.

hurto y sacrificio

Sigo pensando que el caso más estúpido de los «delitos que la ley comete» en Cuba, es el relacionado con la carne de res. Lo que la ley codifica como delitos relacionados con la carne de res, solo son formas eufemísticas para condenar, castigar, punir, al verdadero delito: el ejercicio irrestricto del ganadero de sus derechos sobre su propiedad (privada), la res. El ganadero es pues solo un administrador-peón de los bienes, al servicio del verdadero y único propietario, que para mantener el control monopólico, codifica como delito cualquier ejercicio de posible competencia. La espiral de ineficiencia en que cae este propietario absoluto, «laRevolución-elPueblo», le impide la cabal satisfacción de las necesidades que empujaron a nuestros antepasados a la domesticación del ganado. Como las necesidades siguen siendo las mismas, el ganado sigue siendo apto para satisfacerlas, y además existe el plus de que ya están domesticados tanto el ganado como el ganadero, «elPueblo-laRevolución», empieza a ejecutar un programa alternativo de esquizoide autofagia, Buscando el aumento del número de cabezas, de leche, de carne, de cueros, lo que se logra es el aumento de la población penitenciaria (con impactos económicos negativos también) y el irrespeto a la ley (otro impacto negativo mas). Los administradores-oráculos de la voluntad última de «laRevolución-elPueblo» no dan su brazo a torcer, siguen torciendo el de los otros, empeñados en tener razón y construir una geometría alternativa, émulos de Lobachevski, cimentada en la refutación del axioma einsteniano de que es imposible hacer cada vez lo mismo y esperar resultados diferentes. El asunto es que después que ha pasado un cierto tiempo de maleficencia se llega a la bancarrota y entonces los insistentes, los que mantienen la línea trazada, ya no pueden cambiar de palo pa rumba por varios motivos. Primero hay una incapacidad biológica, Ellos mismos seguirán mismamente siendo solo Ellos y Ellos solos, y los que no son Ellos, mucho se les parecen, al haber sido seleccionados, como novillos o tulipanes, según la expresión conductofenotípica diferenciada de los rasgos salientes de sus creadores, en un prolongado experimento genético-ideológico digno del planeta Arrakis: miopía ética que les permita confundir al ganadero con el ganado, a «laRevolución-elPueblo» con ellos mismos y a sus superiores con Dios. Y segundo, porque no es un tema sencillo como entrar o no entrar a un hotel, poder tener o no una línea de teléfono celular… hay memoria acumulada en las partes ejecutivas de «laRevolución-elPueblo», en los órganos, las extremidades, los miembros, se han acumulado vidas tronchadas, familias heridas, horas infinitas de inútiles trabajos… porque alguien conocido, el amigo, el padre, el hermano, el hijo, cometió un delito o padeció debido a la dificultad impuesta al consumo de la carne de la res. Hay una mitología popular que dice que las personas en Cuba valen menos que las reses y que considera un acto liberador darle una mordida a la «prohibida» manzana. Bien lo vale a pesar de la ira del dueño y señor… pues acaso ¿no es «elPueblo-laRevolución el dueño y señor?. Los inventores del «Método único de desabastecimiento ordenado de las Casillas,» necesitan dejar que pase el tiempo y la gente olvide, las heridas duelan menos, la confusión sea mayor y los rostros cambien, para poder decir ellos mismos donde dije «digo», digo «Diego» y entonces poder abrir las rejas de las cárceles impúnemente, sin que sientan que la celda se abre también para ellos, sin que les salten arriba. Porque cuando lo hagan, y la gente no se lance desaforada a perseguir terneras en los potreros, y empiece a subir el nivel de la leche en las tetas de las vacas y de la carne en la fría barriga de los refrigeradores, ay mi madre, tendrán que aceptar ser autores de una equivocación muy grande y palpable, que no se podría disimular fácilmente, como cuando los cubanos retornaron a los hoteles representando el menos el tercio de los ingresos de la industria, escatimados durante años.. y Ellos no se equivocan. Por eso vuelvo a decir, antes que la racionalidad (o el pragmatismo económico), que es indispensable, no lo niego, se necesita la virtud política, y la razón ética. No se resuelve el problema económico cubano pensando que van a razonar los mismos rectificadores de siempre, porque en algunos asuntos se ha llegado a cotas sin retorno, donde permitirles rectificarse equivale a validar las injusticias. Es necesario además establecer mecanismos para que se renueven los decisores y la manera en que son seleccionados y perpetuados, la cual hasta ahora ha sido detrimental para el progreso social… de alguna manera, las reses atadas a esta noria nos devuelven a un punto, que no es un circulo, sino un «cuadro». Viva la continuidad!

domingo, 10 de mayo de 2020

la cutara

Dónde va el modelo… qué adónde va…?

No está arriba ni está abajo, no es de izquierda ni derecha, ya no es rojo ni es azul…

no es urbano ni es del monte, ni presente ni pasado ni se ve en el horizonte,

qué dónde está?

Se me metió en la cabeza el sonsonete de la canción que parodio mientras veía las opiniones al pie de los posts de algunas personas que respeto, a raíz del artículo del Granma http://www.granma.cu/cuba/2020-05-06/la-bondad-neoliberal-de-los-entusiastas-consejeros-06-05-2020-23-05-55?fbclid=IwAR08tk7alXYG-Qf7zBTWwE-l8bgsB6WGnBSQmpckwr_t99tscs6lxO52GPM

Mi opinión, no de ahora que el capitalismo y el consumismo me pudieran estar lavando el coco, sino de antes, hará unos diez años, cuando me dio por leer el libro “Cuba, la forja de una nación” de Rolando Rodríguez, para repasar la historia de la segunda mitad de nuestro siglo XIX, es que el modelo que se instauró en Cuba no era precisamente soviético, y que en estos años, o desde esos años en que se empezaron a preconizar cambios, no se caminaba hacia un modelo ni chino ni vietnamita. Nuestro modelo seguía siendo el modelo feudal-esclavista de la colonia. Es un modelo esencialmente colonial, caciquista-caudillista, en que hay una metrópoli-centro de poder, que no permite a la masa de cubanos igualdad de derechos en lo político, en lo económico; donde existe lo que en el XIX se denominaba "miedo al negro", miedo a una masa incontrolada, en mayoría demográfica, la cual necesita del amo ilustrado para ser conducida; donde se exacerba el miedo a los cambios pues estos ponen en entredicho quienes detentarán el poder luego de dichos cambios, y se amenaza con, y se siente como amenaza, el cambio de poder porque se asocia con un cambio de metrópoli. Una parte de Cuba colonizó a otra parte, resguardando los derechos de un cierto linaje, y dejando desprotegidos a sus habitantes de segunda, azuzando aún hordas de voluntarios, cubanos contra cubanos; censurando cualquier idea extranjerizante, como las que exaltaron a Céspedes, Agramonte y Martí; con férreo control de aduanas e imprenta, de entradas y salidas; manteniéndose la misma escala de valores monárquicos, con la similitud en los esquemas de repartición de prebendas políticas a los fieles y similares, a los que pertenecen a las castas administrativas o militares. Se quiere una siempre fiel y sumisa Isla de Cuba. Esa que ya no existe, esa que ha cambiado no porque saliera de una reunión del partido el acuerdo, o porque se votara en una nueva constitución, o se discutiera en forma de lineamientos. Sino por el agotamiento de la gente, por el cambio demográfico del tiempo y el exilio, por la presión de las realidades de un mundo cambiante que le arrancó las caretas a los cuentos con que nos mantenían embobecidos. Sino por esos jóvenes inconformes, que dejaron de escuchar, de prestar asunto, que no decían no, pero tampoco decían sí y continuaban a lo suyo, a sobrevivir, y por esos viejos que después que les pasó la vida, perdieron el miedo pues ya sabían que ya estaban muertos, y dejaron de pedir prudencia, o silencio, o disimulo, o paciencia y confesaron que no se habían desvelado tanto para llegar solo a este lento desgaste. Si, Cuba está cambiando, Cuba va a cambiar, Cuba va estar mejor, pero no por el sacrificado compañero del comité central, o el de la esfera ideológica, o el coronel, o el rector, o el administrador, sino a pesar de todos esos funcionarios de la colonia, con toda la voz, pero sin palabras, solo frases hechas y copias de discursos, con todo el celo pero sin la bondad ni la humildad del amor, con toda la fuerza del poder, pero sin la libertad de la razón.