Sobre el costo social y psicológico de acostumbrarse a infligir la ley cito a Fuenteovejuna, de Lope de Vega:
Amando, recelar daño en lo amado,
nueva pena de amor se considera,
que quien en lo que ama daño espera
aumenta en el temor nuevo cuidado.
El firme pensamiento desvelado,
si le aflige el temor, fácil se altera;
que no es a firme fe pena ligera
ver llevar el temor el bien robado.
Y, de nuevo, Fuenteovejuna, sobre como es legítimo que los pueblos se defiendan de los delitos que comete la autoridad.
Dice en varias partes, algo que podría resumirse así:
EL INTERROGADOR pregunta: ¿Quién mató al Comendador?
Los del PUEBLOFuenteovejuna responden: Fuenteovejuna
EL INTERROGADOR: ¿Y quién es Fuenteovejuna?
PUEBLO: Todos a una.
Y luego el final reporte del Juez al Rey.
JUEZ:
A Fuente Ovejuna fui
de la suerte que has mandado,
y con especial cuidado
y diligencia asistí.
Haciendo averiguación
del cometido delito,
una hoja no se ha escrito
que sea en comprobación;
porque conformes a una,
con un valeroso pecho,
en pidiendo quién lo ha hecho,
responden: «Fuente Ovejuna.»
Trecientos he atormentado
con no pequeño rigor,
y te prometo, señor,
que más que esto no he sacado.
Hasta niños de diez años
al potro arrimé, y no ha sido
posible haberlo inquirido
ni por halagos ni engaños.
Y pues tan mal se acomoda
el poderlo averiguar,
o los has de perdonar,
o matar la villa toda.
(…)
REY
Pues no puede averiguarse
el suceso por escrito,
aunque fue grave el delito,
por fuerza ha de perdonarse.
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