martes, 11 de agosto de 2020

lo que me duele

 Ahora que vivo en USA, más convencido que nunca estoy de las virtudes de lo que la Revolución inauguró para Cuba.

Lo que me duele es que, 1) por insistencia de quienes se consideraron iluminados para siempre, dueños del absoluto derecho para imponer sus razones, en nombre de un bien mayor pisoteando las bases de la dignidad humana individual y abortando todas las vías para la evolución de las ideas, la cual no es posible sin franco intercambio y concertación de voluntades, 2) y por obsecuencia y complicidad de quienes faltos de sentido común, o por simple desvirtuado amor, facilismo, cobardía, u oportunismo, cómplices en el silenciamiento de las opiniones disonantes y en la adulteración de los derechos, la perversión de los medios y la distorsión de los fines;

lo que me duele es que esa posibilidad de realización  de un proyecto país, de un sueño compartido de nación, sembrado en nuestras conciencias y encarnado en realidades mediante prédica infatigable a la que no ha faltado belleza ni sabiduría, y mediante lucha pletórica de heroísmo, que esa posibilidad se corrompa, se haya corrompido, y se nos aleje, o se nos torne muy difícil si no imposible en lo mediato, por la newtoniana reacción que sobreviene contra la alineación forzosa de vectores, llámesele curarse del espanto, cinismo o desesperanza.

Me duelen las voces clamando solas en el desierto, en el desierto de la historia, y en el desierto de un tiempo adverso para la razón crítica, alertando, señalando, advirtiendo en vano, para solo recibir ignominia, castigo. Me duele este tiempo donde sobreviene la confusión, donde se mezcla lo que sirve con lo que no sirve, por el simple hecho de que todo fue servido en el mismo plato y por las mismas manos. Cada vez se tornará más difícil separar la paja del grano, y es muy probable que aventemos junto con el dolor al corazón, y con el engaño a la inocencia.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario