Creo que el patrón que sigue este artículo podría también aplicarse a análisis sobre Hitler, Gerardo Machado, Duvalier, a todos los “buenos hombres hasta un día” en que matan, o roban, o maltratan a sus hijos, y así continuar haciendo la vista gorda a todas las caídas, las decadencias, los derrumbamientos, la frustración, los fracasos –no solo de un momento, en una tarea, sino de una utopía, de un ideal multigeneracional– con el propósito de resaltar la cualidad singular, feriable, de los déspotas. Como dijo el filósofo pesimista, “Fracasar en la vida, esto se olvida con demasiada frecuencia, no es tan fácil: se precisa una larga tradición, un largo entrenamiento, el trabajo de varias generaciones”. Y ahí estuvo el comandante, con su predecesor Batista, educando al menos a tres generaciones de cubanos en cómo convertir los reveses en victorias. Lo que reprocho es que se haya estado tan cerca de instaurar ese ideal y que el hubris narcisista nos empujase a una sima más profunda que no permite parir siquiera una nueva revolución, luego de decenios de adoctrinamiento en que se deslegitimó la lucha verdadera con la "luchita", y la justicia con el igualitarismo, y el pensamiento y su expresión valiente con el terror al enemigo y la construida infalibilidad unánime desde/para el liderazgo. Me parece cómplice usar lindas frases en el artículo como “ninguna estructura fue capaz de sujetar(lo)”, en vez de decir que se defecó estentóreamente en cada estructura que creó, lapsos enormes sin reunirse siquiera el consejo de estado, moviendo sus edecanes y aguantapalanganas desde el grupo de apoyo a los ministerios, a los boquirrubios desde soldados rasos a empresas por las que pasaba la sobrevivencia del país.
A la mente me viene un fragmento de Martí: “Y si a los españoles, por ser españoles, los ataco, mi padre saldría de la tumba, y me diría: parricida. Pero el mal gobierno, la opresión, la ignorancia en que vivimos, la miseria moral a que se nos condena, esto ¡padre mío! no eres tú, eso no es España, sino otro país; eso es infamia y abominación, y dondequiera que lo encontraras lo has de acabar.”
En el Tao Te King ya alguien enunció: Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo origen, aunque distinto nombre. En su Balada de la Cárcel de Reading Oscar Wilde testificó: Cada hombre mata lo que ama. Marcos en su Evangelio recoge: El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado.
En el artículo, como igual hizo la figura cuyo onomástico se pretende recordar, se olvida que hacer el bien un día no exime de la responsabilidad de hacer el bien (y hacer las cosas bien) todos los días. Si habría habido absolución hasta el punto en que nos arrimaron a la luz, habrá condena desde el punto en que nos devolvieron la sombra. La Historia y las historias están llenas de nombres, de gente que de eso necesita, y nosotros los repetimos, como hijos de esas historias. Apenas estamos saliendo de los siglos de la fuerza y la abominación y el oscurantismo, en que el tamaño de una espada ha bastado para convertirse en lección en las aulas. Siglos vendrán, en que terminaremos por aprender que hasta allá habremos llegado no gracias a esos, sino a pesar de ellos.
Y a propósito de las palabras finales, donde se avizora que la solución sería quizás la multiplicación del déspota, algo aplaudido por varios de los comentaristas ...
(cito a Rosa in extenso, pues estoy de acuerdo con su visión crítica del capitalismo, el 16 agosto 2020 a las 2:14 PM en LJC "Sin embargo, en cuanto al asunto de la sociedad actual y su desarrollo, me parece realmente odioso, increíble e insoportable el estado actual en que viven millones de seres humanos en este planeta. No los veo a todos, pero sí a una parte de ellos que no es la peor, por suerte. Sin embargo, me duele a diario ver a esas personas sumidas en la pobreza, tratar de sobrevivir luchando contra el medio a toda costa, desesperados y también desesperanzados. Ya saben que ellos, sus hijos y sus nietos y toda su descendencia tendrán que seguir así per saecula saeculorum. Si por un solo momento tuviera el poder de eliminar esa pobreza de un plumazo, lo haría sin pensar en nada más, y diría “después se verá”. Creo que eso hizo Fidel a su llegada al poder y solo eso, a mi juicio, le da un lugar en los altares. Entonces, realmente me dan pena los análisis que no toman en cuenta esto por muy letrados que sean. Algunos hablan de “sistema fracasado” ¿creen acaso que el sistema cubano es más fracasado que uno que mantiene a un elevado porcentaje de personas en la total o parcial (da igual) pobreza, desesperación y desesperanza?, ¿creen que es más fracasado que un sistema donde los ricos (que nadan en dinero, por cierto) cuando ven a una persona (y son cientos o quizás miles) arriesgando su vida para vender algo entre las filas de autos, miran para otro lado? Puede que hoy, diga que es igual de fracasado, pero no más. Además, ¿acaso podemos librar de toda culpa al enemigo que nos hostiga desde el primer día?, ¿creen que un país así de hostigado puede decidir libremente qué hacer?, ¿puede estar fijándose en cuánto funcionan o no funcionan las “instituciones” ?, ¿acaso hay espacio para hacerlo con objetividad? ¿Es que ese enemigo ha dejado de existir? No, hoy está en su peor y más agresiva fase.
Lo estamos viviendo en Latinoamérica, cualquier intento de mejorar un “poquito” la vida de los ciudadanos, esos de los que hablo antes, es vilmente castigado por cualquier medio no importa cuán deshonesto, corrupto o salvaje sea. ¿Tenemos esperanza acaso los latinoamericanos? A veces pienso que otro Fidel haría falta en algunos lugares. No digo que la actual sociedad cubana está en sus mejores tiempos, por supuesto que no, desafortunadamente hasta podría decir que está en los peores. También me duele la miseria en mi país; aunque tiene ciertas características diferentes, es también miseria. Tenemos que mejorar ese estado a toda costa, pero no olvidando o minimizando muchas verdades objetivas y concretas.(..) Ojalá (..) podamos, a pesar de todo, construir una sociedad realmente mejor para todos. Sin copiar a esas sociedades donde reina la “libertad” y la “felicidad” solo para unos pocos. ¿Fidel multiplicado? Quizás por ahí va la solución.")
Lo estamos viviendo en Latinoamérica, cualquier intento de mejorar un “poquito” la vida de los ciudadanos, esos de los que hablo antes, es vilmente castigado por cualquier medio no importa cuán deshonesto, corrupto o salvaje sea. ¿Tenemos esperanza acaso los latinoamericanos? A veces pienso que otro Fidel haría falta en algunos lugares. No digo que la actual sociedad cubana está en sus mejores tiempos, por supuesto que no, desafortunadamente hasta podría decir que está en los peores. También me duele la miseria en mi país; aunque tiene ciertas características diferentes, es también miseria. Tenemos que mejorar ese estado a toda costa, pero no olvidando o minimizando muchas verdades objetivas y concretas.(..) Ojalá (..) podamos, a pesar de todo, construir una sociedad realmente mejor para todos. Sin copiar a esas sociedades donde reina la “libertad” y la “felicidad” solo para unos pocos. ¿Fidel multiplicado? Quizás por ahí va la solución.")
...pues repito que mi dolor es el de la esperanza malbaratada, casi un pueblo unánime confiando, dispuesto a sacrificios, agradecidos por la transformación que se obro en él. Para llegar al punto en que esa bondad, esa voluntad del pueblo, empieza a obrar contra el pueblo mismo. Siempre imagino una familia como representación del dilema de cuba, que no es único en la historia, sino repetido, y bien condensado en adagios "de buenas intenciones esta preñado el camino del infierno", "aquellas aguas trajeron estos lodos" "cuando el infierno son los demás el paraíso no es uno mismo" "el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado". El caso de esa familia, es que tuvo un padre y una madre entregados, sabios, protectores, durante la infancia de ese hijo, pero el hijo crece y llega a adolescente, y el padre y la madre siguen tomando todas las decisiones, interviniendo en todos los asuntos, limitando las posibilidades de aprendizaje y desarrollo del hijo, y el hijo es adulto y los padres siguen siendo cada vez el eje, lo importante de la familia, ellos son la familia, el hijo es solo un comodín que les permite ser familia más allá de matrimonio, no puede mudarse de la casa, todo el tiempo depende del salario del padre y la madre, ellos median en todas sus interacciones. A esta altura de la historia de esa familia, el que fue niño feliz ya es un adulto infeliz e incapaz, que se resiente de sus padres, y aquí podrían redactarse otra vez la carta de kafka al padre o el cuento Amor filial de un parricida, de Proust. En la progresión del conflicto los padres dejan de ser buenos a los ojos del hijo y a los ojos externos, y los padres, lejos de ser recordados como garantes de una infancia feliz pasan a ser rencorosa memoria de una posibilidad de vida destruida. Podría estar de acuerdo con un fidel multiplicado si no fuera simultanea dicha replicación, si un nuevo fidel apareciera para relevar al fidel que empieza a envejecer y se obsesiona con prolongar el triunfo de sus visiones, decisiones y razones a pesar de la transformación de las circunstancias. Claro, de estos fideles secuenciales me preocuparía los métodos que emplearían para destronar al anterior, dudas no me caben de que fidel habría sido su más inveterado opositor, pero el exceso de beligerancia en la personalidad de cualesquiera de estos clones hace más que previsible una inestabilidad cíclica bien agotadora para la historia de ese experimento de país. Si aparecieron juntos todos los fideles multiplicados en el mismo país, sería un gran desastre, sin dudas pelearían entre ellos por monopolizar la atención y la conducción de la acción, cada uno convencido de la preponderancia de sus brillantes ideas sobre las de los otros, o por el contrario, cada clon lograría obsesionar a algún otro de la camada con alguna de sus ideas, uno con el pastoreo racional Voisin, otro con la zeolita, otro con la moringa, otro con la biotecnología, otro con la revolución energética, otro con la voluntad hidráulica, otro con la impagable deuda externa, etc..ad infinitum, y así cada cubano tendría que ser abanderado de infinitos proyectos, o cada cubano especializarse en un fidel-proyecto a la vez hasta la extenuación. Una vez escuche a alguien decir que, si las ideas del budismo sobre la reencarnación fuesen ciertas, pues le gustaría que fidel reencarnara como fidel, que volviera al sansara con su mismo nombre y aspecto, para poder reconocerlo rápidamente, y que apenas lo reconociese, pues mudarse a otro país. Era por supuesto una broma, pero que encierra una cuestión filosófica profunda, la de si ya el fin está encerrado, contenido en el principio, la de si, como dicen los viejos, todo está escrito, la de si, como en el cuento árabe sobre aquel que trata de burlar la muerte, un destino acaece ineluctablemente, no importa el devaneo de las circunstancias, pues cualquier acción resultará en una sumatoria vectorial que conducirá a su impostergable consecución. Usted dice que se ve tentada de decir "después se verá", el problema sería cuándo se verá, si a los diez o las veinte o a los sesenta o a los cien años, y además que cantidad de mal es equiparable a qué cantidad de bien. De otro modo se dice "el fin justifica los medios", pero cuál es el fin? cuáles medios?.
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