domingo, 10 de febrero de 2019

invitación a la lectura

Tuve la dicha de poder formar parte del Taller para narradores del Centro Onelio, la gran escuela del El Chino Heras, quizá el fruto más palpable y más persistente que haya dejado Universidad para Todos. Heras es un maestro de verdad, un gran placer escucharlo y atenderlo y aprenderlo desde su devoción por la literatura. En una de las clases habló de un libro y un autor cuyos nombres habían repicado en mi cabeza hasta ese momento solo como curiosidadades sonoras, sin provocarme a la lectura. Pero después que Herás habló, leer ese libro se convirtió en una obsesión. Cuando zapateaba librerías de segunda mano por la Habana, el "Gran Sertón: Veredas", del autor brasileño Joao Guimaraes Rosa, era uno de mis santos griales. Después de leido se convirtió en uno de mis favoritos. Heras no lo sabrá, pero le agradezco aquella invitación a esa lectura de corazón. En ese libro hay una oración que cargo conmigo a todas partes: "Pero la libertad, apuesto, es solo la alegría de un pobre caminito en el interior del hierro de grandes prisiones". No llegué a finalizar el curso, Ivon me suspendió por problemas de asistencia, pero eso no importaba mucho, ya había recibido algunas de las mejores clases de mi vida.

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